domingo, 23 de enero de 2011

DEVASTATION. Capitulo 7_ Primera parte

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Capítulo 7

Oasis

Parte 1



- Bien..., creo que podremos parar por aquí a descansar, los chicos lo necesitan. Y yo también.- le comentó Bob a su esposa, junto a él a lomos del caballo con Claire, encabezando la columna.- Escuchad, vamos a parar por aquí a tomarnos un descanso, nos vendrá bien quitarnos la ropa mojada y entrar un poco en calor ¿de acuerdo?- las prendas empapadas y los zapatos encharcados, gélidos, incrementaban la sensación de frío que comenzaba a calar hasta los huesos en un bosque ya de por sí crudo.

Nos reunimos a los pies de un árbol cuyas gruesas raíces emergían entre la hojarasca. Esther ató a los caballos a una de ellas, junto a nosotros, y colocamos la ropa mojada entorno a la pequeña hoguera, apenas unas brasas chisporroteantes. Esther sacó unas mantas del equipaje que llevaba sobre los caballos.

- Uff, ¡qué frííío!- dijo Rosemary, calentándose las manos junto al hogar.
- Bueno Rowie, enséñanos las “exquisiteces” que has conseguido para nosotros.- dijo Bob frotándose las manos junto al calor.
- ¡Oh sí, me había olvidado por completo!- corrió hacia los caballos y de uno los bultos que llevaban, sacó una bolsa blanca de plástico.
- ¡Siii, comidaaa!- dijo Rosemary tapada con una manta a cuadros de franela.
- Vamos a ver.- Rowie buscó en el interior de la bolsa de plástico, que había llenado de los restos aprovechables que logró encontrar en la estación de servicios antes de que tuviéramos que salir corriendo.- Mmm tenemos: tres chocolatinas bastante aplastadas- las niñas se miraron, relamiéndose los labios. - un par de bolsas de patatas fritas sabor crema de cebolla.
- Puag, cebolla…- exclamó Stacie con gesto de repugnancia.
- ¡A mí como si son con sabor a mofeta jajaja!- dijo Rosemary.
- Pues ahí tienes una, compártela con Esther.- Rowie le lanzó la bolsa de patatas fritas aplastadas y reducidas casi a polvo.
- ¡Gracias!- abrió la bolsa y olió el aroma de las patatas fritas con sabor a crema de cebolla como si fuera el más exquisito de los manjares.
- También tenemos un par de latas de Mr. Pibb. ¡Ah! Y como colofón final….- corrió de nuevo hasta los caballos y buscó en la bolsa sobre el caballo.- Atención damas y caballeros, niñas vosotras deberéis esperar unos años, la joya de la corona: una botella de vino de mi bodega personal “Bordeaux vigne”- dijo con un acento francés no muy logrado y mostrando la botella como si se tratara de un objeto en subasta.
- ¡Bravo!- exclamó Bob, aplaudiendo con los brazos en alto.- Esto se va pareciendo más una celebración.
- ¿Qué celebramos?- preguntó Stacie. Rowie descorchó la botella con una navaja.
- Celebramos estar vivos y ¡juntos! Celebramos seguir encontrando motivos para sonreír y soltar una carcajada. Celebramos poder disfrutar de esta botella de vino del mundo del ayer…, con la familia de hoy. ¡Salud!- le dio un lingotazo a la botella y la pasó para que los demás tomasen su trago embriagador del ayer.

De ese modo, reunidos en torno a una hoguera y rememorando viejas historias, anécdotas, y recuerdos agradables, nos transportamos a aquel mundo que había dejado de existir y por un momento aquello no fue más que una escapada a la naturaleza de unos cuantos ciudadanos huyendo de sus ajetreadas vidas, para al día siguiente volver a la rutina de una vida insípida y aburrida que añorábamos con todas nuestras fuerzas.

Entonces, como el duro suelo que te saca de un delicioso sueño al caerte de la cama, el estallido amortiguado de una explosión retumbó en todo el bosque, procedente de todas direcciones. Todos nos pusimos en pie de un salto blandiendo nuestras armas en un acto reflejo adquirido con el paso de los días y las semanas.

- ¡¿Qué ha sido eso?!- sentía los latidos desbocados de mi corazón en mi garganta.- ¡¿Son ellos?!
- Sea lo que sea no ha sido lejos.- murmuró Martin, escudriñando la espesura del bosque a través de la mirilla de su arma.
- Recoged, nos vamos.- dijo Bob, Esther se apresuró a cargarlo todo en los caballos, incluidas las niñas.

A menos de un kilómetro nos encontramos una cerca de madera mimetizada con el entorno, por el abundante musgo que crecía en ella, que marcaba un vacío en la frondosidad. Rodeaba una cabaña perdida en medio de ninguna parte. Agazapados entre la hierba junto a la valla vimos que habían numerosos cuerpos en descomposición entorno a la casa: agujereados a balazos, calcinados, despedazados, etc. Uno aún con vida, tenía una pierna atrapada en un cepo para osos e incansable intentaba zafarse, estirando los brazos en un vano esfuerzo por alcanzar la casa.

En el porche de la entrada, un hombre mayor con gafas de sol parecía dormir sentado en una mecedora. Con las piernas cruzadas sobre la barandilla, tenía consigo una escopeta de doble cañón cuya culata reposaba sobre su generosa barriga y el cañón en la baranda de madera.

- ¿Qué hacemos, nos acercamos?- pregunté.
- Esperad.- Martin nos detuvo. Señaló uno de los cuerpos, desmembrado y humeante, yaciendo junto a un pequeño cráter en la tierra.- Minas.
- ¡Oh no!- pensé en voz alta al recrear en mi cabeza lo que me habría pasado si hubiera corrido hacia la casa sin más.
- Iré yo primero, pisad donde pise yo, ¿entendido? Si es que no queréis volar por los aires.- se sacó el cuchillo de la vaina y pasó con cuidado a otro lado de la cerca.
- Yo te cubro.- dijo Bob, acomodando la culata de su rifle en su hombro.

Tanteaba el suelo, introduciendo el cuchillo en un ángulo horizontal en la tierra para dar con los artefactos mientras nosotros, varios metros por detrás, colocábamos cada pie sobre las marcas de sus pisadas, teniendo cuidado con las minas que iba encontrando y que desenterraba parcialmente para que supiéramos exactamente donde se encontraban.

Nos acercamos a la casa con cautela, con toda la atención del infectado atrapado pero sin perder de vista al tipo de la mecedora y manteniéndonos lejos de las ventanas por si el tipo tuviera compañía, infectada o no, en el interior. No obstante, el tipo parecía estar demasiado quieto. No percibíamos ningún movimiento de su vientre al respirar. Martin se acercó y le tomó el pulso, pero como sospechábamos estaba muerto. A juzgar por la palidez y frigidez de su piel habría fallecido varias horas antes, quizás de un fulminante ataque al corazón. Tenía toda la pinta.

Desde los resquicios por los que las cortinas de encaje permitían atisbar, espiamos el interior de la casa. Estaba bastante oscuro, parecía no haber nadie más dentro. Martin, Bob y yo nos prepararon para entrar. Rowie se acercó a la mecedora, apartó la rígida mano del tipo de la empuñadura y cogió la escopeta. Tras comprobar que estaba cargada, miró en una mano el bate de béisbol con marcas de dientes impresas y en la otra la escopeta, y se decantó por ésta última.

Giré el pomo de la puerta y ésta se abrió sin más dificultad. Entonces accedimos al interior, en silencio, en busca de algún otro huésped. Yo me quedé en el salón mientras que Martin y Bob registraban las habitaciones; y aunque la cabaña parecía no albergar a más personas, sería de lo único de lo que carecería.

El tipo aquel había convertido el salón de la cabaña en una especie de bastión de resistencia del fin del mundo. Ametralladoras y pistolas de todos los calibres y modelos, rifles de francotirador, fusiles de asalto, varias cajas de granadas, lanza granadas, explosivos plásticos C-4 repartidos por todo el salón, lanzacohetes, además de diverso equipo militar como gafas de visión nocturna e infrarrojos, radios, y mucho más abarrotaba el salón en soportes en las paredes, taquillas o sencillamente amontonado por toda la estancia.

Reconozco que lo primero que se me pasó por la cabeza fue “¡Nos ha tocado la lotería!”, sin embargo, mi lado escéptico me hacia preguntarme ¿quién demonios podría tener acceso a tal armamento?, mucho del cual parecía restringido a uso exclusivamente militar, como los RPG que había almacenados en cajas de color verde en una esquina del salón.

Me dirigí a los retratos que había sobre la chimenea. El tipo de afuera aparecía en muchas de las fotografías: retratos familiares con la esposa y su único hijo, imágenes de niños jugando en la arena de la playa y el césped del jardín, imágenes de tiernos y entrañables momentos familiares. Sin embargo, una de ellas, detrás de algunas fotografías de trofeos en fructíferos días de pesca, me daría la respuesta que estaba buscando. En ella, el tipo del porche aparecía enfundado en un traje militar, con innumerables condecoraciones y distinciones que denotaban su alto rango en la jerarquía militar. ¿Un coronel, o quizás un general? No conocía demasiado bien el código de rangos militares. Otro retrato similar en el extremo opuesto de la chimenea, mostraba que su hijo había seguido sus pasos.

Ojeaba uno de las imágenes en la que dos niños pequeños, un niño y una niña, mojaban a su padre con pistolas de agua, sin evitar pensar en Alex, ¿se encontraría bien, al igual que yo con otro grupo de supervivientes? Algo detrás del centelleante cristal llamó mi atención. Un cordón de coloridos cables pasaba detrás de todos los retratos y fotografías, perdiéndose a ambos extremos de la chimenea. Lo seguí a través de todos los recovecos y esquinas del salón hasta darme de bruces con uno de los montones de de C-4 que había visto al entrar. Cada uno de los cables que formaban el cordón estaba conectado con una preocupante cantidad de explosivos repartidos por toda la estancia.

- Oh Dios mío…- di unos pasos hacia atrás horrorizado, temiendo que explotara en cualquier momento. En ese momento Martin volvió al salón.
- Creo que deberíais ver algo…- nos hizo un gesto con la cabeza para que fuéramos con él.

Abrió la puerta de una habitación al final del pequeño pasillo, y dentro había una furiosa mujer atada a la cama de pies y manos, obviamente infectada. La reconocí de inmediato, era la mujer de los retratos, era la mujer del tipo de la mecedora.


- ¡Oh Dios mío!- exclamó Rosemary, echándose hacia atrás como queriendo escapar de la infectada por puro instinto.
- ¿Qué hacemos con ella?- preguntó Rowie.
- Va siendo hora de que descanse en paz.- Martin le apuntó a la cabeza y disparó una sola bala que esparció los sesos rosáceos de la mujer por todo el cabezal de la cama.
- También tenéis que ver algo en el salón…- les dije señalando con la cabeza que me siguieran.

Salimos al salón y les mostré el entramado de cables conectados a los explosivos colocados por todo el salón.

- ¡JO-DER!- exclamó Stacie.- ¿¡Esta cabaña es una maldita bomba!?
- Pff… esto no es bueno.- dijo Martin al verlo con las manos sobre su fusil en su pecho.
- ¿Qué hacemos?- pregunté.
- Yo te lo diré: ¡Largarnos de aquí echando leches!- zanjó Stacie.
- A ver…- dijo Martin, poniéndose de cuclillas.- no parece estar activada, aún estamos vivos ¿no?- dijo con una leve sonrisa pícara mientras comprobaba los explosivos.
- El viejo ese sería uno de esos putos paranoicos conspiracionistas que pensaría que tarde o temprano vendrían a liquidarlo unos hombres vestidos de negro y entonces montaría todo este tinglado.- comentó Rowie con tono pretencioso.
- Vale, ahora cuéntame algo que realmente pueda resultarme difícil de creer y que justifique todo esto, aparte del puto infectado con un jodido cepo en la pierna que hay en el jardín delantero y la otra docena de cuerpos más sembrados alrededor de toda la casa.- le espeté.
- ¿Y entonces qué vamos a hacer?- preguntó Rosemary con temor en su voz.

Nos miramos entre nosotros sin decir palabra pero sabiendo el pensamiento de la mayoría del grupo.

- ¿Qué os parece la idea de quedarnos aquí?- preguntó Martin.
- ¿Perdón? ¿Cómo dices? ¿A caso me falla a mí la vista y en lugar de pastelitos de mermelada veo una maldita montaña de explosivos? ¿Porque eso es lo que me parece desde aquí, ¡una jodida bomba! - dijo Stacie fuera de sí.
- No parecen estar activadas. Seguramente sería su último recurso en el caso de que se viera atrapado y la forma de llevarse a unos cuantos de esos cabrones con él.- dijo Martin con el coraje propio de los marines.- Lo único que sé es que no podemos renunciar a este sitio, es un… ¡regalo del cielo!
- Allí puedes acabar si no nos largamos de aquí ahora mismo…- murmuró Stacie.
- ¿No buscábamos un lugar seguro?, éste es ese lugar, ¡es perfecto! Estamos en un lugar remoto, en una casa fortificada rodeada por un campo de minas, con cámaras de vigilancia afuera- habíamos visto varias cámaras en el exterior de la casa mientras nos acercábamos al porche.-, tenemos armas y munición de sobra para declarar la tercera guerra mundial, y además he visto una despensa hasta arriba de comida, ¡si la racionamos nos puede durar meses! Vamos, ¿qué más pedís?, éste es el lugar que estábamos buscando. Nuestro hogar hasta que toda esta mierda pase.- esperó la respuesta afirmativa de todos.
- Yo me apunto.- Rowie fue el primero en acceder.
- Y yo.- le siguió Rosemary.
- Yo busco lo mejor para mi familia, y ahora mismo lo es esta cabaña.- dijo Bob, abrazando contra sí a las niñas.
- Yo también lo creo, ahora mismo es nuestra mejor baza.- era eso o seguir deambulando por aquel bosque a la espera de encontrarnos con otro grupo de infectados del que finalmente no pudiéramos escapar.
- ¿Y bien Stacie, tú qué dices?- le preguntamos.
- Mierda…, supongo que tenéis razón.- dijo Stacie.- Esta bien. Me consuela saber que si eso explota no me enteraré de nada…

Lo siguiente que hicimos, tras de acordar nuestro asentamiento en aquella cabaña abandonar la vida nómada que llevábamos teniendo durante el último mes, fue enterrar los cuerpos del matrimonio en el jardín delantero, detrás de la zona minada. Bob dijo unas palabras, celebrando que por fin su descanso en paz juntos en un lugar mejor del que dejaban sin duda y luego dándoles las gracias por el futuro que nos habían regalado en forma de aquella cabaña. Un lugar seguro y aislado del mundo con el que, a diferencia de ellos, nosotros aún tendríamos que lidiar y combatir.

19 comentarios:

  1. ¡Que bien! ¡por fin continuación!.

    Muchas gracias.

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  2. Gracias a ti por echarle un vistazo. Voy a intentar que la segunda parte no tarde tanto. Un saludo!

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  3. No somos muchos seguidores... ¡Pero somos fieles!

    Muchas gracias seguir.

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  4. Esta cojonudo tío... eres un máquina.

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  5. Hay espresiones que me cuestan, pero ¡Esta chido!

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  6. Gracias a todos. No se a que te refieres con lo de las expresiones que te cuestan.
    Bueno, un saludo y sean pacientes para la segunda parte!! :P

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  7. Muy buenos los relatos, pero el que mas me ha gustado por ahora es este. La parte de la ciudad entre coches y edificios me ha parecido magnífica.

    Supongo que el del comentario de "¡chido!" es de sudamérica y se referirá a que algunas expresiones soy muy "castellanas", pero no parece un reproche, a mi me pasa igual a veces si veo alguna película argentina o mexicana y hablan rápido.

    Sea lo que sea, de vez en cuando me pasaré por aqui para ver si hay mas.

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  8. Me esta molando el relato ¿hay mas en algún sitio?

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  9. No. Suelo postear aqui y en otro sitio pero lo hago al mismo tiempo y no adelanto capítulos en uno ni otro. En cuanto esté la continuación la tendréis aqui sin falta.
    Estoy escribiéndola, intentaré que no se demore por mucho más. Un saludo y muchas gracias por seguir mi historia. Chao!

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  10. Esperando mas XD...
    Mi correro es beny345@gmail.com soy el autor de la crisis zombie el nuevo relato de akacia ya me pasaras tu correo si quieres.

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  11. Acabo de leer todo de un tirón y me ha gustado bastante, es una pena que este un poco parado.

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  12. Muchas gracias por leer el relato, pero ¿sólo lo has leído una vez?,venga a leerlo un par de veces más. No es broma, pero si es cierto lo que dices, la historia está un poco parada. No por falta de ideas ni mucho menos, sino de tiempo. El siguiente capítulo está al sesenta por ciento y quiero acabarlo ya para tener algo que publicar. Además, lo mejor de la historia está por llegar, lo tengo un poco avanzado desde hace meses, y no veo el momento para postearlo.

    Una vez más, gracias por su interés y haré lo posible para publicar la siguiente parte cuanto antes. Un saludo.

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  13. Si es como cuentas, muchas gracias por seguir adelante con el proyecto. Tambien estamos deseando ver lo del comic.

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  14. ¿Esto esta muerto o algo de eso? Porque sería una pena.

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  15. Que va, no esta muerto;puede que en coma. Ahora mismo estoy sobrepasado por las obligaciones académicas y otros proyectos, pero ahi tengo el siguiente capítulo casi terminado. Necesito tener una tarde tranquila e inspiradora para acabarlo y acabar el siguiente que tambíén lo tengo bastante avanzado y que vuelvo a decir, es muy interesante. A ver si por milagro divino y inspiración de las musas consigo acabar el siguiente y con más inspiración aún el que le sigue. Siento la demora tan grande qe llevo e intenraré recompensar su paciencia. Muchas gracias por echas un vistazo. Un saludo.

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  16. Que pena de Historia, lo que mas me fastidia es que ni acaba....

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  17. Bueno, estamos a Diciembre..y no lo has acabado :(

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  18. Me conmueve el seguimiento que algunas personas hacen de mi relato, pero me temo que ahora mismo está paralizado hasta poner en orden mis ideas y darle coherencia a la historia, ya que comenzaba a ir sin rumbo. Espero que sean comprensivos y esperen al relanzamiento de esta historia. Espero que con mucho más sentido, más madura e intensa. Muchisimas gracias a todos los lectores y seguidores, y nos vemos en un futuro muy cercano e infectado. Un saludo con todo el cariño. Hasta pronto.

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  19. Que pena, un año después, me he acordado y he mirado a ver si había sorpresa, pero no, sigue "en coma"...

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